viernes, 25 de septiembre de 2009

Servicio al cliente… o clientes sin servicio.


Desde hace muchos años, a las personas que pagamos el servicio de energía eléctrica en República Dominicana, nos han obligado a pagar una tarifa muy alta por un servicio deficiente.

Las excusas para el mal servicio han sido múltiples, variadas y en ocasiones novedosas o propias de cuentos de tertulias, como aquella de que los hilos y despojos de las chichiguas habían provocado averías en las líneas.

Con excusas o sin ellas, hemos aguantado bastante y aunque suene masoquista, a eso más o menos nos habíamos acostumbrado, pero nuevos elementos se agregan a la tortura cotidiana de los dominicanos y dominicanas que luchamos a brazo partido para sobrevivir… el servicio telefónico.

Aunque somos el país mejor comunicado, -según los medios de comunicación y las autoridades en la materia-, y de que afirman el servicio de telefonía es competitivo, las averías, los “apagones”, y la “saturación de plataforma”, están a la orden del día.

Como usuaria de la Compañía Dominicana de Teléfonos –CODETEL-, he tenido que vérmelas con dos averías durante el mes de agosto y dos en septiembre y el mes aún no termina.

“Hemos reportado su avería, en las próximas 72 horas le restablecemos el servicio, puede mantenerse informado marcando el 809…..” A partir de ahí la computadora te mantiene informada: “estimado cliente (parece que todos son hombres), su reporte de avería está activo….” Y ahí viene lo interesante.

Cuando desesperada marco para conocer el estatus de mi reporte, la computadora me dice que está activo, pero a la tercera llamada, el número está bloqueado, porque evidentemente, debo pagar, pero no molestar.

Eso sucedió con las tres primeras averías, pero con esta, ya han pasado más de doce horas desde que descubrí que no tengo servicio y aún no he podido hacer el reporte, porque la llamada se cae, justo en lo de “…para asegurar el soporte brindado, esta llamada podría estar siendo grabada”.

Y claro, ya tengo el 809-220-1111 bloqueado, por aquello de que puedo pagar, pero no… molestar

Así, como desde la época colonial nos están viendo cara de… conejos, a fin de mes se agregan facturas por servicios deficientes, mientras mi única vía de desahogo es un blog que solo leen algunas personas de mi familia, a los que ya he intentado llamar por teléfono para quejarme y compartir amarguras, pero no he podido, porque estamos sin servicio telefónico… Hasta para subir esta nota he tenido que ir a un centro de Internet.

Estoy contando los minutos para que entre en servicio la portabilidad numérica, para entonces empezar a quejarme de otra compañía.

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