viernes, 24 de julio de 2009

La Cañera


- Se me queda ahí!.
Aún resuenan en mi memoria estás palabras de mi madre, ante alguna travesura que para mi no ameritaba ningún castigo.
- ¿Mami, todavía?
- Sí, se queda ahí hasta que le de cañera.

Eso pasó hace muchos años, y justo ahora, en la Semana Santa de 2009, descubro cómo es la “cañera”.

El jueves Santo a las 10 de la mañana, noto alarmada que no queda leche, ni arroz, ni jamón, ni varias cosas más, aunque sí estaban todos los ingredientes para las habichuelas con dulce del viernes.

Claro está, salí corriendo para el súper mercado a esa hora y a la 1:00 de la tarde estaba finalmente en la fila de pago, que avanzaba lentamente.

La cajera debía ir a otro lado a cambiar el dinero efectivo, las tarjetas se tomaban su tiempo para pasar”, luego de estar en la interminable fila, algunos clientes se encontraban con que “eso no se paga aquí”, en fin, que entre una y otra, finalmente, madre, conocí la “cañera”

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