viernes, 9 de enero de 2009

Vinieron los reyes

¡Los Reyes Magos vinieron!

A pesar de las dificultades económicas y de que ya los niños y niñas de más edad saben de dónde vienen los juguetes que reciben, es emocionante convencerlos a la media noche de que deben dormir para que los Reyes vengan.

Maité nunca se levanta de noche y menos aún sin encender la luz, pero misteriosamente el día 5 en la noche tenía mucha sed y estaba en la sala a la 12:30 AM, “buscando agua” según dijo, aunque la nevera nunca ha estado en la sala.

Alexis parece que bebió mucha agua, pues lo escuché levantarse para ir al baño en tres ocasiones, con el consabido desvío para recorre la casa, mientras que Alejandro durmió a pierna suelta… hasta las 5 de la madrugada.

De verdad que le dificultaron su misión a “los Reyes Magos”, que con las prisas olvidaron recoger unas mentas que les habían dejado como obsequio. Por suerte, los juguetes nuevos hicieron innecesarias las explicaciones.

El día 6 de enero la casa se llenó de ruidos demasiado temprano, en la madrugada sonó un rock-and-roll que automáticamente reproducía una guitarra eléctrica que aporreaba Alejandro, mientras a todo pulmón aseguraba que: “me voy de la casa y vendo el anillo…”.

Otros sonidos no menos alborotadores resonaron en la quietud del amanecer, mientras las puertas eran atacadas para eliminar los vestigios del rico sueño mañanero.

A veces es duro el papel de los Reyes Magos, pero esa alegría compensa muchas cosas. Triste es cuando sabemos que tenemos asignado el papel de Rey Mago y no podemos alegrar una cara infantil, que traspasa el corazón con una mirada de tristeza y un “a mi no me dejaron nada”.

Y más triste aún, cuando la magia no es capaz de eliminar el hambre o las enfermedades, a pesar de lo que se diga del avance en el logro de los Objetivos de Desarrollo de Milenio….

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