Por: Melania Febles
Niños y niñas reciben cena de Navidad. Foto: MF |
Con el interés de
llevar alegría y esperanza a los más necesitados, el ministerio cristiano
“Enciende una luz, ama a tu prójimo como a ti mismo”, ofreció una cena de Navidad
a más de 150 niños y niñas en extrema pobreza, residentes en la cañada de Villa
Hermosa, en Villa Mella.
Antonia Valdez
Polanco, presidenta del ministerio, señaló que su trabajo está enfocado en
ayudar a personas en extrema pobreza, especialmente a niños, niñas y
adolescentes, a quienes considera la población más vulnerable.
“Este trabajo lo puso
Dios en mis manos en el 2008, cuando estaba sirviendo la cena de Nochebuena a
mi familia y sentí que el Señor mi Dios me mandaba a sacar comida para otros,
serví dos platos y salí a la calle a buscar personas con hambre”, cuenta Valdez
Polanco cómo recibió lo que considera la llamada de Dios, e inició este
ministerio.
Mientras habla,
observa a los niños y niñas que sentados en perfecto orden reciben un plato con
la típica cena dominicana de Nochebuena, que ha ofrecido gracias al apoyo de
personas e instituciones generosas que creen en su trabajo.
Destaca que durante
algún tiempo solo pudo compartir su propia comida, lo que sirvió para que más
gente se una a su causa y brinde su trabajo voluntario a favor de personas de escasos
recursos económicos. “Empezamos a visitar a los enfermos, llevamos comida y
palabras de alieno a las personas privadas de libertad y por fin, también hemos
podido ofrecer desde hace unos años una cena de Navidad a niños y niñas pobres”,
indica con el brillo de emoción contenidas en los ojos.
Aunque el ministerio
cristiano “Enciende una luz, ama a tu prójimo como a ti mismo” no es una
organización legalmente registrada, cuenta con el trabajo voluntario de doce
personas, entre ellas la propia Valdez y sus tres hijos adolescentes, “nuestro
sueño es conseguir apoyo para tener un hogar de acogida para niños y niñas en
situación de abandono”, señala.
Asegura que en la
zona de la cañada de Villa Hermosa residen más de 50 niños y niñas que han sido
abandonados por sus padres, identificando diferentes causas, entre ellas la
emigración de los progenitores que se van en busca de trabajo, y en otros casos
la falta de responsabilidad, además de que algunos son de ascendencia
extranjera y están en el país sin sus padres.
“Algunos niños o
niñas viven con una vecina, amigos de sus padres o con familiares, pero están
en extrema pobreza y expuestos a muchos peligros si no hay una persona
pendiente de su bienestar”, enfatiza Valdez, con un tono de voz que denota su
preocupación.
Rodeada del bullicio
y la alegría de los niños y niñas presentes, Antonia Valdez agradeció a nombre
del ministerio el apoyo de personas particulares, especialmente al señor
Bienvenido Languasco, a quien Valdez asegura que Dios ha tocado su corazón, de
instituciones como Alianza ONG, en la persona de su directora ejecutiva Addys
Then, entre otras organizaciones que no identificó, “gracias a ellos, hoy estos
niños y niñas han tenido su cena de Navidad”.
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