miércoles, 31 de marzo de 2010

Olor a cobre

Cameero... cameeeero!
El pregón lleno de energía y esperanza se agota a medida que avanza el día.

Por la Carretera Mella, en la Provincia Santo Domingo, se ve avanzar la destartalada camioneta roja, cargada de desechos de metal, y a los “cameros”, con el rostro ajado lo mismo que la vieja mercancía que llevan.

Los mismo se escucha en el sector Evaristo Morales, en el Distrito Nacional, aunque el llamado surge de un reluciente camioncito blanco, que se desliza presuroso por las amplias calles y avenidas bordeadas de verde, gritando su pregón interminable: “Compro cama vieja, su inodoro se lo compramos, el lavamano... todo lo que sea de cobreee...”

La camioneta roja destartalada transita rebosante de lo que más bien parece basura, el camioncito blanco y reluciente se mueve vacío... pero con la esperanza de que la trabajadora doméstica de alguna de las residencias del Evaristo Morales venda algo, y quizás con un par de artículos logre igualar o superar los ingresos de sus colegas de la Carretera Mella.

Durante el año 2009, la República Dominicana exportó cobre por “US$10.54 millones, lo que representó una caída de US$5.18 millones con relación al 2008”, señala el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).

Para exportar chatarra y desperdicios de cobre, el mecanismo no se basa sólo en comprar al pregón por las calles de la ciudad, pues tal como figura en la Norma 2-10 que establece la prohibición temporal de la exportación de desperdicios de cobre, los altos precios del metal en el exterior, “estimula el robo de metales, especialmente el cobre”.

El CEI-RD identifica como los principales destinos de exportación a China Popular, España, Corea del Sur y Taiwan. Desde una mina ubicada en Maimón, Bonao, se exporta cobre crudo.

Durante los primeros días de marzo, fue cerrada una empresa metalera de Santo Domingo, donde la Dirección de Aduanas detectó un cargamento de alambres para extraerles el cobre, que de acuerdo con las declaraciones, posteriormente sería exportado.

Informaciones dan cuenta de que “el peso estimado entre 24 y 25 toneladas de cobre, metal que se vende en el mercado internacional a un precio que oscila entre 3 mil y 4 mil dólares la tonelada”.

Y mientras en los grandes mercados se habla de millones de dólares con la tasa de cambio a 36.20 pesos por un dólar, el comprador de chatarras sigue con su cadencioso pregón, ¡cameeroo!, con la esperanza de que lo obtenido le permita una comida caliente con su familia... o quizás, solo quizás, nada más alberga pensamientos etílicos para los centavos que obtendrá.

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