lunes, 31 de enero de 2011

Cuando la tierra se abre: Una historia de pérdida y dolor



Por: Sijo Rosario
(sijo.rosario@gmail.com)

Leo en su máquina de coser.  S. Rosario
Como Penélope en su banco de pino verde, Leopoldo Antonio Núñez en su máquina de coser espera la llegada del hijo desaparecido en 1995.
La incertidumbre y el dolor arropan a esta familia desde aquel 28 de abril, cuando Inés Rosario salió a dar un paseo acompañada de su hijo Adonis Moreno Rosario de un año de edad y Luís Alfredo Núñez, su vecino de 5 años. Los tres desaparecieron sin dejar huellas.
Han pasado más de 15 años tras la desaparición de Luís Alfredo, sin embargo sus padres lo recuerdan como el primer día: “Era un niño muy inteligente, sabía contar hasta 300, un poco tímido; pero eso lo sacó de su madre”, afirmó su padre.
“Ese viernes Inés estaba nerviosa en la mañana, en la tarde salió a comer helado con los niños a eso de las cinco, cuando vimos que eran las once y no regresaban nos preocupamos y salimos a buscarla, hasta la fecha no han aparecido.” Rememoró nostálgicamente Núñez.
Mientras pedalea la máquina de coser con la que gana el sustento de la familia, recuerda que hace dos años se entrevistó con el Procurador General de la República, Radhames Jiménez, quien le prometió reabrir el caso sin que hasta el momento tenga una repuesta.
De acuerdo con su testimonio, la vida no ha sido la misma para esta familia después de la desaparición de su hijo, el segundo de cuatro que procreó la pareja compuesta por Josefina Luna y Leopoldo Núñez. “Hemos pasado de todo. He estado preso, hemos sido sometidos a investigaciones e interrogatorios, además del constante reclamo de los niños indagando cuando viene su hermanito”, señala Núñez con la actitud del que está dispuesto a esperar toda la vida, si es necesario.
“No se por qué lo hizo, pero fue ella la que se llevó mi hijo, tengo el presentimiento de que en algún lado mi hijo esta vivo”.
A pesar de los cuestionamientos, las angustias y el dolor por la ausencia de su hijo, la familia se mantiene unida en espera de Luís Alfredo. “Constantemente sueño con él, pero creo que es por la tribulación de todos estos años, pienso en él todos los días” afirmó Josefina la madre del niño desparecido, quien tras un leve silencio se pregunta: ¿por qué lo hizo?.
La madre no parece encontrar explicación al comportamiento de su vecina, a la que acusa de raptarle su hijo. “nos llevábamos bien, ella vivía en el primer nivel y nosotros en el segundo del apartamento 45 en la calle 8, durante ella trabaja su niño estaba en mi casa comía y jugaba con el mío.”
Los padres de Luís Alfredo mantienen la sospecha de que su vecina orquestó un plan para raptar al niño.”Yo no creo que ella piense hacerme el daño de desaparecerme el niño para siempre. Para mi ella se llevo el niño mío para hacerle compañía al suyo, el niño mío era el que le daba el jugo y la leche, hasta lo dormía, él ni lloraba cuando estaba con Luís Alfredo”.
“La herida emocional es incurable, robarle un hijo es la maldad más grande que se le puede hacer a una persona, la mamá ha sufrido mucho no ha sido la misma después que perdimos a Luís Alfredo. Ahora es cuando esta más tranquila ya que se refugio el la religión”, afirmó el padre.
Marcos, esposo de Inés, también sufrió en su momento la desaparición de su esposa y su primer hijo. “Marcos fue una víctima de ella también, ella le secuestro a su hijo junto con el mió, él sufre eso. Después de la desaparición el duró mucho viviendo en la casa que compartía con ella; pero ya se mudó, se enamoró de otra mujer y se casó.
Versiones recogidas entre los vecinos, dan cuenta de que en aquel momento Marcos necesitó ayuda psicológica profesional para superar el dolor de la pérdida de su esposa y su hijo, aquel 28 de abril que marcó indeleblemente a estas dos familias.
A más de quince años de la desaparición, los esposos Núñez Luna hacen un llamado a las autoridades para esclarecer la desaparición de su niño.

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